¿Quieres interpretar las señales de tu cuerpo? La kinesiología te puede ayudar.
Kinesiología… cuando presento mi otra faceta profesional a menudo me encuentro con cierta sorpresa ante esta palabra que acuñaron unos quiroprácticos estadounidenses hace unas décadas.
¿Y con eso cómo me puedes ayudar?, me suelen preguntar.
A buscar la causa de tu problema y facilitar tu recuperación.
Al fin y al cabo es lo que le pedimos a cualquier disciplina que verse sobre nuestra salud o bienestar: que nos ayude a ponernos bien, a entender por qué hemos enfermado y qué hábitos podemos cambiar para conseguir una mejoría duradera.
Mi historia con la kinesiología empieza cuando acudo a un un naturópata que la usaba para establecer un diagnóstico. Me movía los brazos y las piernas en distintas direcciones para determinar cómo me afectaba el estrés y mi alimentación de entonces y qué podía hacer para cambiar. Me maravilló ver cómo cada órgano se podía expresar a través de un tejido más superficial: el tensor de fascia lata refleja los desórdenes del intestino grueso o el peroneo los de la vejiga, entre otros.
Más adelante, descubrí también las implicaciones emocionales de nuestros desajustes físicos y vi en la kinesiología la manera de leerlas. Pero lo que más me sorprendió y sigue maravillándome, es que el organismo se expresa en el orden que prefiere y que estamos ahí para interpretar esas señales.
Entre las herramientas de lectura, se pueden usar kit de testaje constituido por pequeños tubos que contienen, por ejemplo, las sustancias que resultan tóxicas para determinadas personas: el gluten, el huevo, el azúcar, que al poner en contacto con el cuerpo van a crear una debilidad en un músculo en particular o de un grupo muscular. Así establecemos una lista de alergias alimentarias por ejemplo. Y si queremos ir un poco más allá, se puede preguntar qué órgano está afectando con más precisión así como las implicaciones emocionales de esas reacciones.
Pero tengo que confesar que algunas de las cosas que más me gustan utilizar son los mudras o las formas que adopta la mano juntando varios dedos entre sí: hay mudras para determinar si el origen del malestar es de origen estructural, bioquímico, emocional, energético, para conocer cuáles son las prioridades del cuerpo en su camino hacia la mejoría, para conocer las dosis, el tiempo y la hora de ingesta de los complementos que debería tomarse la persona consultante una vez en su casa.
Me quedaría corta si dijera que la kinesiología solo se limita a diagnosticar. También facilita herramientas sencillas de “corrección” como pequeños masajes en zonas o puntos de nuestro cuerpo que te permitirán irte a casa con otra disposición mental y física, y comprobar que mejorar está en tus manos también en sentido literal.
Si quieres conocer estas herramientas que te ayudarán a interpretar a tu cuerpo o que te realice una evaluación completa, ponte en contacto conmigo en el número de teléfono 678 579 224, te escucharé encantada.
Valentina García Plata
Colaboradora externa de Equilibrio y Bienestar
Siguenos:
En Facebook: equilibriobienestar.patriciamalumbres
En Instagram: @equilibrio.bienestar
También puedes formar parte de la Comunidad Equilibrio y Bienestar, accediendo a través de este enlace: