La semana pasada nos centrarnos en el cuerpo y la alimentación, como uno de los vehículos para mantenerte saludable.
Hoy seguimos enfocándonos en el cuerpo y formas de cuidarlo para facilitar la prevención de los posibles cambios con la entrada del otoño.
¿Sabes cuál es la segunda fuente de energía para tu cuerpo?
¡EL SUEÑO!
Dormir bien, tanto en cantidad como en calidad, no sólo mejora tu estado de ánimo, también tu nivel de energía durante el día.
Según va avanzando el otoño, las horas de sol van disminuyendo y es importante que te adecúes a este hecho.
¿Sientes un mayor cansancio al caer el sol?, o que te apetece salir menos de casa o recogerte antes…probablemente observes que tu cuerpo pide seguir la luz del sol, prueba a hacerle caso.
El hecho de adecuarte a la luz solar te permite que el reequilibrado de tu cuerpo se realice de una manera más “natural”.
Para facilitar la calidad de tu sueño, es importante recuerdes está regla mnemotécnica:
“No juntar hambre, cansancio, noche y estrés.” Es beneficioso que, entre la actividad diaria y el momento de iniciar el sueño, dediques un tiempo a ¡parar! y practicar el silencio, es la forma de dejar a un lado todo ese ruido mental que has acumulado durante tu jornada.
¿Bebes la misma cantidad de agua?
Con el descenso de las temperaturas, sudamos menos y tenemos menos sed, por lo que olvidamos HIDRATARNOS. ¿Te sucede?
Es importante que te hidrates bien (ni mucho ni poco…1,5l diarios de agua a temperatura ambiente) para mantener un correcto equilibrio de líquidos en tu cuerpo, mejorando tu función intestinal, por lo que tu sistema inmune lo agradecerá.
La hidratación y cuidado de la piel y, sobre todo, saber reconocer cuales son los adecuados para ti, es tan interesante que en breve publicaremos un artículo específico sobre el tema.
En otoño y las temperaturas moderadas, nos invitan a la práctica del EJERCICIO FÍSICO.
Puedes aprovechar el momento para realizar actividades al aire libre y disfrutar de los maravillosos paisajes que nos deja esta estación.
Respira profundamente a la orilla del mar con un paseo enérgico o bien por las montañas disfrutando de los cambios de color. Si tu entorno es urbano, benefíciate de la zona verde que mejor se adecue a tus necesidades, tal vez por proximidad u otra característica.
Lo ideal es que te reserves diariamente, al menos, media hora para ti y disfrutes del ejercicio que elijas, teniendo en cuenta tu edad, la condición física del momento, tu grado de interés y tus posibilidades. Retomar un hábito o bien crear uno nuevo, es un factor a tener en cuenta en tu decisión de emprender una actividad física con regularidad.
Recuerda desde “Equilibrio y Bienestar” te invitamos a que te escuches y observes lo que te ocurre y así poder comprenderlo. Es la mejor forma de hacer un buen uso de tu cuerpo.
¿Te animas a iniciar el camino del autoconocimiento?
Te leemos y si lo necesitas o simplemente te apetece puedes contactar con nosotras, ya sea a través de un comentario o de las formas de contacto que encontrarás en la web.
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Equipo de Equilibrio y Bienestar
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